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« en: Diciembre 13, 2023, 05:57:45 am »
Hola, soy Néstor, (Zorg) Colombiano por cierto y quiero llevarte a un viaje a través del tiempo, cuando todo comenzó a mis tiernos 15 años. (hoy tengo 36) Un día, por pura casualidad, me topé con Metin2. No tenía idea de que este encuentro cambiaría mi vida para siempre. La atracción fue instantánea, y me sumergí en un mundo lleno de aventuras, desafíos y camaradería virtual. (en ese entonces no habian juegos similares.)
Mi pasión por el juego se volvió contagiosa, y mis hermanos no tardaron en unirse a la diversión. ¿Quién iba a decir que algo aparentemente trivial como un juego se convertiría en el nexo que fortalecería los lazos familiares?
Dos años después, mi hermana mayor, Johanna, decidió embarcarse en esta odisea digital. Y fue precisamente un 31 de diciembre cuando la historia dio un giro inesperado. Mientras afuera resonaban risas y festejos, Johanna optó por quedarse frente al computador, acompañada solo por las luces del monitor y las batallas épicas de su chamana en Metin2.
El dilema familiar se hizo palpable cuando todos se preguntaban por qué Johanna prefería el mundo virtual sobre la celebración real. Yo, siendo parte de esta travesía desde el principio, entendía el lazo especial que ella había forjado con el juego.
Metin2 se convirtió en el puente que conectó aún más a Johanna y a mí. Juntos, creamos un equipo formidable dentro del juego, enfrentando desafíos y viviendo aventuras que solo un mundo digital podía ofrecer. Al principio, la familia no entendía, pero con el tiempo, comenzaron a ver la magia que Metin2 había tejido en nuestro vínculo.
La resistencia de Johanna y mi compromiso con la tradición virtual hicieron que la familia cediera. Lo que comenzó como una peculiar manera de pasar el 31 de diciembre se convirtió en una celebración única y especial para ella. (Aunque tristemente creo que esa noche ella estaba deprimmida) siempre lo recordamos. Metin2 no solo nos dio horas de entretenimiento, sino que también se convirtió en el nexo que fortaleció los lazos con mis hermanos.
Ahora, cada 31 de diciembre, mientras festejamos en familia, Johanna y yo recordamos como ella prefirio quedarse jugando Metin2, y nos reimos ironicamente por que ella no juega más, de hehco yo tampoco habia jugado Metin2 hasta que conocí Zarox
TITULO: "Metin2: El Encuentro que Marcó una Vida" es más que una historia de juego; es la crónica de cómo algo aparentemente trivial se convirtió en una parte esencial de nuestra familia y un recuerdo para siempre.
Felices Fiestas a todos y gracias por leer.
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